¡Un adios más!

Bueno, de nuevo una despedida más. A lo largo de este año se han producido algunos cambios y la verdad es que no hemos tenido mucho ánimo en escribir sobre el tema. Sin ánimo de disculpar el abandono al talento y al entusiasmo por escribir, debo resaltar que en un tono pacifico, que el estrés de lo inconcluso cambiaba el ambiente.

Hace ya meses que regresamos a la gran ciudad: Toronto, después de lo que en el libro de la vida yo llamaría  una experiencia más, y que a pesar de lo bueno de ésta, no lo califico como fallo,  máxime: económicamente.

De las experiencias y en general de toda aventura o vivencia nos queda siempre la moraleja, lo que se aprende, lo que nos instruye, educa y perfecciona. Nos enriquecemos por dentro un montón, aunque a menudo nos empobrecemos “por fuera”.

De Montréal sólo buenos recuerdos vienen a mi mente, una ciudad genuina, encantadora, en la que apetece vivir, extremadamente difícil para sobrevivir pero sobretodo con un espíritu único y afable.

La lección de vida: nunca mudar de aires sin antes una buena planificación y previsión de todo (bueno y malo), calcular si se tiene el suficiente presupuesto, y hablo de sentarse con papel y lápiz, no de “alegres” simples cuentas mentales, sueldos ilusorios a plazos ficticios con presupuestos inexistentes. Aunque todo suena obvio e insulsamente imposible de evadir,  faltas se comenten, yo lo hice y sé que mucha gente cae en el mismo error, pues en mentes idealistas como la mía nada podría salir mal, pero en realidades actuales, miles de cosas pueden flaquear «excepto la sensación intima de haber seguido un instinto, sueño, capricho, arrebato, apasionamiento, ¡lo que sea! Que al final desafortunadamente no se se refleja positivamente en la cuenta bancaria».

Ya desviando el tema hacia otro lado (Toronto) y analizando los puntos mas importantes que debo tratar en este post, sin querer con esto extenderme en prosa y aburrir al publico, me ha venido a la mente hoy en mi hora del almuerzo que no podría abandonar esta experiencia sin enumerar las cosas, detalles y personas que más echaré de menos, al igual que aquellas que ni por casualidad se me pasara por la cabeza extrañar. Para empezar puedo decir que este almuerzo hoy en un pequeño restaurante cantones donde te sirven ademas comida vietnamita, tailandesa y hasta sushi, en la concurrida esquina de Yonge y Wellesley me hizo caer en lo mucho que anhelaré estos momentos  de análisis con ventanales para ver gente de mil y una razas pasar por enfrente, rodeada de sonoras lenguas  y variadas costumbres, la multiculturalidad, algo definitivamente único para mí y la incluyo en una de las particularidades de Toronto, que extrañare profundamente, sobre todo por el hecho de que este tipo de convivencia nos hace una comunidad mas tolerante, a mi me ha hecho una persona muy flexible y paciente.

Ayer también pasé rápidamente por Chinatown y solo cabe agregar que  para todos aquellos que hemos tenido la oportunidad de vivir en algún rincón de Norteamérica, siempre el barrio chino es recordado como algo peculiar, único, y a pesar de diferir me imagino con muchos en opinión, para mi se queda como algo muy bueno, se extrañara…

Empieza el nuevo año y leo que hace 12 meses escribía sobre mis buenos deseos para el 2009 que ya se fue, todo salió bien y aunque una vez mas no estuve con Dani recibiendo el año, bien acompañada si la pasé, con amigos del alma con quien he compartido un década completa de buenos momentos. Esperando que el 2010 llegue lleno de grandes cosas, buenas, todas buenas para todos.

Ya sin mas largas y con toda la nostalgia (la que no sentí al escribir en estas mismas fechas un año atrás) me despido de Canadá y en una sola linea les digo a todos los que me acompañaron en esta última década que los llevo en mi corazón, ¡les agradezco todo lo que han hecho y dejado de hacer por mi!

Extrañaré todo desde, las heladas de fin de año, la nieve, el mal olor del metro en verano, la humedad de Montréal,  la vida impersonal que se lleva en Toronto, el TTC a las horas punta y sus retrasos, Steven Harper y su discutible gobierno; hasta las caminatas largas a cualquier hora por las calles de Toronto, la variedad en todo, los festivales y buen ambiente de Montréal, la paz, confianza y tranquilidad de la vida, la facilidad laboral, la humildad de la gente, la apertura de mente, la miel de maple, las tiendas de segunda, Queen West, Indigo, Little Italy, el bus de Yonge 24 horas bien entonadillo después de la rumba, la jarra de cerveza con chicken wings en un patio en pleno Julio bajo el sol, el hot yoga, el path para correr, las noches y amanecidas en casa de alguno de mis amigos, las carcajadas en cada encuentro con «todos»(que aunque no constantes, si muy fructíferos), las varias botellas de vino rojo que me hicieron una experta, mi suerte laboral y mi excelentísima jefe ¡Echare de menos todo, absolutamente todo lo que me dio tanta felicidad y paz en estos 10 años!

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About Erica

Puedo decir que soy colombiana de nacimiento (alma y corazón) y canadiense de arraigo, y por ultimo Española también de corazón (mas que de alma). Nací el 21 de enero de 1978, en Bogotá, casi once años los he pasado en Canadá a donde aterricé en 1999 con 21 años y una maleta llena de ilusiones, expectativas y fines que se han transformado con los años. Estudié Relaciones Internacionales en Colombia, la cual hasta el día de hoy considero la mejor decisión que he tomado en la vida y para lo que realmente tengo vocación, hice casi mitad de carrera pues luego decidí viajar a Canadá a estudiar ingles (como muchos en aquella época) y nunca regresé. En 2010 volví a Bogotá para terminar mi carrera, pues creo que “nunca es tarde” para hacer lo que a uno le inspira. Viví en Toronto hasta el año 2011, y trabajé en mil y una cosa, pero durante años hice carrera en una empresa auditora en el área de documentación por lo cual me considero experta en este campo más que en cualquier otra cosa. En el 2006 volví a retomar los estudios y realice una carrera técnica asociada con leyes que se conoce en Norte América como “Paralegal”, trabaje un tiempo con un abogado especializado en migraciones. Viví también en Montreal, fui a aprender francés (tentative a été faite) y lo hice a manera de herramienta visionaria para consumar algunas metas fijadas. Fue una experiencia inolvidable ya que Montreal es una ciudad encantadora. Me mude a Getafe, Madrid, en 2011 con quien ahora es mi esposo, considero España mi lugar feliz. Hoy vivo en Ginebra, suiza, sobrevivo y cuento los días para volver a mi amada 🇪🇸
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