En los últimos meses me he introducido en un estilo de literatura diferente al que leía usualmente, Isabel Allende, Marcela serrano, Borges, Ángeles Mastretta entre otros, la razón, simple: han sido regalos de Dani, en su mayoría, a quien asisto en su gusto literario, como buen filólogo que es. No quiero dejar de apuntar que aunque me han envuelto en sus páginas algunos de los nuevos autores, no dejan de ser las escritoras latinoamericanas las que cuentan con mi favoritismo incondicional.
Empezare por Antonio Muñoz Molina, autor español del cual tengo tres obras: “Ventanas de Manhattan”, “Invierno en Lisboa” y “El Jinete Polaco”, este ultimo es el mas extenso y el que aún no he empezado a leer. El primero “Ventanas de Manhattan”, es un diario de viaje, obra muy personal del autor que narra un poco su experiencia como profesor durante cierto periodo de tiempo en la bella ciudad de Nueva York, tiene una narración detallada y mística de la ciudad, todo lo que percibe como extranjero en una ciudad nueva y diferente; le mezcla un poco de intriga, misterio y fantasía, nos da perspectivas desde una ventana en una pequeña habitación de Manhattan, de lo que le inspira la inmensa ciudad de New York, escrita en el año 2004. Aunque me gustó, no me mató pues no estoy acostumbrada a la narración tarda y detallada de espacios y situaciones, por esta pasividad y lentitud que carga esta historia y añadiendo, en mi defensa, que llevo años leyendo historias pintorescas, rápidas, resueltas de mil personajes y escenarios en uno (característico de la literatura latinoamericana) pues no resultó para mi tan seductora esta obra de Molina, pero igual elogio a la par lo bueno de su contexto. Seguidamente entre una y otra obra de Muñoz Molina a manera de receso leí “La Suma de los Días” ultimo trabajo de Isabel Allende y de curiosidad leí “El Olvido que seremos” 2004, de Hector Abad Faciolince, autor colombiano. Ambas son obras bibliográficas, la primera relata las vivencias de la autora desde el instante mismo que fallece “Paula (libro escrito en 1994), obra llena de historias y anécdotas con el inconfundible estilo de Isabel Allende. La segunda es una obra que confieso me marcó, pero subrayo que no soy objetiva en mi opinión, pocas veces logro finalizar un libro en un día o dos, al final lo he

hecho tan rápido y sin descanso que no sé si literariamente es buena o mala la obra, a mi me fascinó, ¿no les ha pasado eso? El libro me enganchó, primero, por la descripción admirable y casi fanática que le da a la figura paterna, algo con lo que me he identificado ya que como muchos sabrán en mi vida mi padre es mi gran amor e insignia de admiración total, luego entrelaza una serie de acontecimientos personales y nacionales (con nombre y apellidos) que acabaron por envolverme completamente, soy una apasionada admiradora de Colombia y cuando leo algo que describa, relate o rememore algún suceso de la historia social, política, económica o de violencia no logro reprimirme y me envuelvo en ello hasta el final, es una historia triste y frustrante de una de las mil familias que han vivido en carne propia los desaciertos de la violencia en Colombia. Ahora retomo a Muñoz Molina, «Invierno en Lisboa», una historia ficticia de amor,

suspenso y jazz que transporta al lector a varios escenarios estáticos en lugares tan mágicos como San Sebastián (España), Berlín (Alemania), Praga (Checoslovaquia) y Finalmente Lisboa (Portugal) desde donde el protagonista, un pianista famoso de jazz (Billy Swann) y presa de un amor imposible, narra una serie de hechos oscuros, peligrosos e intrigantes dentro del marco bohemio de los años ochenta. Un libro que excedió mis expectativas en el genero de ficción pues han sido pocas la novelas de este corte que he leído y ninguna me había envuelto de una manera tan profunda e íntima, hasta el punto de ¡creérmela real! En 1990 sale al mercado la pelicula basada en el libro, produccion Española. Actualmente y pasando a otro extremo del planeta leo “Tokio Blues” (Norwegian Wood) de Haruki Murakami autor japonés, best seller internacional y obra por la cual el autor se consagra a nivel mundial, aunque hasta ahora voy en los primeros capítulos puedo augurar completa satisfacción, es interesante leer autores de diferentes culturas pues una obra no es sólo el contenido sino también su pasado y origen, se aprende bastante sobre una sociedad con simplemente leer un libro. La novela narra la historia de un hombre que rememora detalladamente su juventud en Tokio, en los años 70 y así mismo empieza la obra: describiendo eventos de aquella época… Hasta llegar a su adultez, muy interesante y sobretodo muy bien narrado, original y entretenido.

Desde hace solo un par de días que les sigo la pista pero ya casi que me declaro fan de esta aventura de ustedes. No puedo evitar ir a los “los tortugos” para ver que hay de nuevo con mi vieja amiga de colegio pero también con esta faceta que desconocía completamente y que me tiene fascinada. Si, creo que esta es la palabra pues no puedo evitar la admiración al leerte Erica y sobretodo al enterarme de este nuevo rumbo que le has dado a tu vida. Como le decía a Ernesto el otro día y creo esta mañana a Oscar, pocos tenemos el valor de ser tan libres. Los seres humanos, por naturaleza, somos adictos a la rutina, lo predecible y por supuesto a lo material. Así que yo que ya me deje atrapar hace tiempo por las convencionalidades de esta sociedad no puedo parar de admirar a aquellos que se atreven a vivir y pensar distinto.
Por el otro lado, estoy de acuerdo con la periodista cuando dice que esto es lo tuyo. Yo no soy una experta pero se leer y puedo decir que disfruto la familiaridad del lenguaje y los muchos detalles que encuentro en tus escritos. Así que aquí tienes otra más que te anima a seguir escribiendo en este blog o diario.
Pensaba seguir esta “conversación” hablando un poco sobre algunas de tus lecturas recientes pero veo que me he alargado demasiado así que lo dejo para otro día. Lo siento si me he extendido pero la culpa es de los autores de este blog que sin duda me han inspirado.